La Inteligencia artificial, los ‘wearables’ y la telemedicina reducen las visitas presenciales a hospitales y clínicas

Las máquinas han empezado a ganar a los humanos en la predicción del riesgo de padecer enfermedades.

Ya existen algoritmos capaces de detectar alzhéimer, cáncer de piel, de pulmón o de mama de manera más fiable que los propios médicos. También hay wearables que monitorizan las constantes de un paciente y clínicas que ofrecen asistencia remota en cualquier momento. ¿Puede ayudar la Inteligencia Artificial a predecir enfermedades? ¿Cómo cambiará el día a día del paciente? ¿Se reducirán las citas presenciales?

La tecnología promete revolucionar por completo el sector de la salud. Cada vez más hospitales apuestan por soluciones tecnológicas para facilitar la rutina de los médicos y conseguir un diagnóstico precoz. Pero aún queda mucho camino por delante. Ocho de cada 10 profesionales sanitarios en Europa todavía no usan herramientas de Inteligencia Artificial, según un informe de la organización estadounidense HiMSS Analytics.

Los países nórdicos son los más avanzados. Allí, el 28% de los sanitarios afirma utilizar la Inteligencia Artificial de forma habitual. Le siguen Holanda (22%), Italia (19%) y España (11%), según el mencionado informe. La mayoría de herramientas están destinadas a la gestión del flujo de trabajo y la investigación. También se utilizan para la administración de medicamentos y en radiología.

TECNOLOGÍA CONTRA EL CORONAVIRUS

Mantener bien informados a los ciudadanos en pandemias como la del coronavirus es un gran reto. WhatsApp puede ser un canal excepcional y la OMS ha lanzado un bot en este servicio. El usuario debe escribir a un número de teléfono concreto para recibir información sobre cómo protegerse, respuestas a preguntas frecuentes, consejos de viaje, noticias, mitos sobre el Covid-19 o el número de contagiados y fallecidos.

Además, han proliferado en países como España apps y webs cuyo objetivo es contrastar síntomas y descongestionar las llamadas a teléfonos de emergencia. En China y Corea del Sur el uso de la tecnología ha sido primordial para frenar la epidemia. La han utilizado desde para comprobar que se cumple el aislamiento hasta para realizar estudios de movilidad.

Mientras muchos médicos han comenzado a atender a pacientes por teléfono o videollamadas, algunas naciones han recurrido a robots para evitar contagios. Los profesionales del Centro Médico Regional de Everett, en Washington, los usan para comunicarse con pacientes y medirles la temperatura. En China, en el Hospital Popular Provincial de Guangdong, se ha recurrido a robots capaces de abrir y cerrar puertas y coger el ascensor para entregar medicamentos a los pacientes, según la televisión pública china CGTN.

Para combatir la epidemia también pueden resultar útiles la Inteligencia Artificial y la supercomputación. La española Quibim ha desarrollado una red neuronal que determina la afectación de un paciente con Covid-19 a partir de imágenes médicas. Aunque el sistema no sirve para diagnosticar la enfermedad, puede resultar clave para analizar la gravedad de un enfermo. Pero hay quienes se centran en encontrar la cura para el nuevo coronavirus. Investigadores del Laboratorio Nacional de Oak Ridge, perteneciente al Departamento de Energía de Estados Unidos, usan un superordenador de IBM para conseguirlo. El dispositivo, llamado Summit, estudia en un tiempo récord compuestos de medicamentos.

“Si bien es verdad que la tecnología ha entrado con fuerza en la sanidad con mejores aparatos de radioterapia, de imagen, robótica quirúrgica o técnicas de biología molecular aplicada a la clínica, el modelo sanitario no ha cambiado de forma dramática en los últimos años”, explica Javier Cortés, responsable de cáncer de mama del IOB Instituto de Oncología del Grupo Quirón en Madrid y Barcelona.

Sin embargo, la posibilidad de pedir citas online o de consultar el resultado de las pruebas diagnósticas sí es una realidad: “Es frecuente ver a los pacientes interaccionar con sus centros médicos mediante el uso de móviles u ordenadores con el objetivo de optimizar las citas médicas y la visualización de resultados”.

Los países nórdicos son los más avanzados en medicina virtual.

En España, hospitales como el Gregorio Marañón, La Paz o los del Instituto Catalán de Salud ya ofrecen servicios de telemedicina. También hay sistemas como Mediktor o empresas como Ever Health que permiten tener una consulta sin levantarse del sofá. Esta última compañía atiende a través de videollamadas a más de 200 escuelas, residencias y empresas de toda España. Sus trabajadores aseguran que nueve de cada 10 consultas de atención primaria se pueden resolver de esta manera.

Estas citas remotas, junto a las pulseras y relojes inteligentes, tienen el potencial de reducir las visitas en persona a centros médicos u hospitales, según GSMA Intelligence. Un informe elaborado por la división de investigación de la GSMA, la asociación de operadores de telecomunicaciones, revela que el 25% de los adultos ya cuenta con un dispositivo de este tipo. Más allá de la telemedicina y los wearables, Cortés considera que “donde realmente puede haber un cambio es en el diagnóstico precoz de muchas enfermedades”.

De algoritmos que detectan cáncer a
la aparición de clínicas virtuales

La Inteligencia Artificial permite procesar cantidades ingentes de datos en un tiempo récord. Empresas como la española Quibim ya trabajan con algoritmos avanzados de procesamiento de imágenes médicas para detectar cambios producidos por la enfermedad o tratamientos.

Google también ha desarrollado algoritmos para predecir la aparición de lesión renal aguda, ataques cardíacos y derrames cerebrales. IBM cuenta con un robot llamado Watson que da soporte a oncólogos y radiólogos en la toma de decisiones clínicas. Todo apunta a que este tipo de sistemas cada vez será más habitual en los centros y mejorará la calidad de vida del paciente.

Atajar una enfermedad en un estado inicial o incluso antes de que se manifieste puede servir para tomar medidas preventivas. Uno de los casos más famosos es el de Angelina Jolie.

Ocho de cada 10 sanitarios en Europa no usan aún la Inteligencia Artificial.

En 2013, la actriz se sometió de forma voluntaria a una doble mastectomía para reducir el alto riesgo a contraer cáncer de mama y de ovarios por una herencia genética.

“No sé si podremos diagnosticar cualquier enfermedad antes de que aparezca, pero estamos dando pasos gigantescos en esta dirección”, explica Cortés. A este especialista médico no le cabe duda de que la Inteligencia Artificial y los avances en genómica jugarán un papel fundamental: “Aplicada con cabeza y sentido común, la tecnología es una herramienta de gran utilidad. De momento, no hemos ni siquiera empezado a vislumbrar todas sus posibilidades”.

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