Gobernación de Santa Cruz pide al Gobierno reconsiderar la no renovación de 368 contratos de personal de salud

Foto: El Deber

“No vamos a permitir que ningún cruceño que esté en terapia intensiva quede sin atención”, manifestó Fernando Pacheco, secretario de Desarrollo Humano.

La Gobernación de Santa Cruz espera que las autoridades nacionales reconsideren su decisión y renueven los 368 contratos del personal de salud que atiende pacientes con Covid-19 y dependen de la Agencia de Infraestructura en Salud y Equipamiento Médico (Aisem), dependiente del Ministerio de Salud.

“El viceministro nos ha pedido que esperemos estos días, que tengamos paciencia”, señaló el secretario de Desarrollo Humano y Salud de la Gobernación cruceña, Fernando Pacheco, al referirse hoy al tema.

Pacheco se muestra confiado respecto a la renovación de los contratos de estos médicos y enfermeras. Alega un acuerdo con el viceministro del área. A pesar de la incertidumbre actual, el secretario de la Gobernación es contundente al decir que “no vamos a permitir que ningún cruceño que esté en terapia intensiva quede sin atención médica”.

La determinación asumida desde el Aisem para concluir estos contratos va en “contrarruta” de la lucha contra el Covid, tiene “un efecto directo en la población”, por tanto, amerita una solución inmediata, dijo.

El secretario de Salud recuerda que una de las responsabilidades del Gobierno central es la dotación de ítems para el sector salud

Dijo además que, a pesar de las demoras en los pagos al personal, hasta cinco meses, “en ningún momento se dejó de atender a los pacientes”. En este sentido, pondera el “compromiso con el pueblo” mostrado por el personal de salud que se mantuvo siempre trabajando a pesar de las incertidumbres.

Con respecto al cierre de uno de los domos del Hospital Japonés, Pacheco explicó que se debe a una cuestión de mantenimiento de las instalaciones. No obstante, la directora del nosocomio indicaron que, si no se renuevan los contratos del personal, el domo no podrá seguir funcionando.

Por Juan Manuel Ijurko

Fuente: El Deber

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