Trump se refugia en el búnker de la Casa Blanca; EEUU vive ola de disturbios raciales

En al menos 39 ciudades y condados los manifestantes desafían el toque de queda y la ola de violencia continúa creciendo

Este lunes se ha conocido que el Servicio Secreto, encargado de la seguridad del presidente de EEUU, protegió en el búnker subterráneo de la Casa Blanca a Donald Trump el pasado viernes de las protestas que tenían lugar fuera del recinto, han informado medios locales y recoge Afp.

El New York Times indica que el presidente fue llevado al búnker en la noche del viernes mientras los manifestantes forcejeaban con los agentes del Servicio Secreto para retirar las barreras metálicas instaladas frente a la verja que rodea la residencia presidencial.

Según la CNN, Trump estuvo en el búnker cerca de una hora antes de regresar al sector de la Casa Blanca que le sirve de residencia, mientras en el exterior los manifestantes tiraban piedras y mantenían escaramuzas con los agentes.

Ninguno de los dos medios ha aclarado si la primera dama Melania Trump y su hijo Barron acompañaron al presidente en el búnker.

UN RETO EXPLOSIVO PARA LA POLÍTICA

La policía ha demostrado una incompetencia absoluta para controlar las manifestaciones. Aunque la mayor parte de las protestas han sido pacíficas, las fuerzas del orden se han movido entre la agresividad y la provocación absolutas -fijándose, en muchos casos, como objetivo a los periodistas- y la pasividad más extrema. Así es como en Los Ángeles y Nueva York coches policiales han cargado contra personas que protestaban en las calles, y policías en esa última ciudad han sido filmados haciendo el gesto de los supremacistas blancos, mientras que en Minneapolis manzanas enteras -e, incluso, una comisaría de policía- han ardido.

El Partido Demócrata, que en un primer momento respaldó a los manifestantes, está ahora silente ante la creciente agresividad de éstos. Los líderes políticos de Minnesota – todos ellos demócratas – y de otras regiones han tratado de echar la culpa de los saqueos a “provocadores”, gente procedente de otros estados, infiltrados pro-Trump, y hasta a la Rusia de Vladimir Putin.

Son esfuerzos muy meritorios que no convencen a nadie. Lo cierto es que, aparte de protestas pacíficas, ha habido manifestaciones violentas y actos pura y simplemente vandálicos. Donald Trump estaba, hoy domingo, inusualmente callado, después de una noche de brutales disturbios frente a la Casa Blanca que amenazaron con prender fuego al hotel Hay Adams, otro edificio histórico de la ciudad, y a la sede del lobby de Hollywood en Washington -paradójicamente, otro grupo que tiende a simpatizar con los manifestantes-.

Entretanto, la Plaza de Mount Vernon estaba hoy por la tarde tranquila, con grupos de gente -blancos, negros, asiáticos e hispanos- tumbada en la hierba, guardando la preceptiva distancia de 1,8 metros para evitar la propagación del coronavirus. Dentro de la tienda, un grupo de empleados examinaban los daños. Eran, en su mayor parte, afroamericanos. Si los saqueadores habían logrado perjudicar a alguien, había sido a las personas de su misma raza.

Comentarios