Crece el rechazo al uso de semillas transgénicas en el país

Pese a que se cumple una cuarentena general en Bolivia para prevenir el avance del coronavirus (Covid-19), hay temas en agenda que se debaten y generan movimiento desde diferentes frentes.

Recientemente se dio a conocer un pronunciamiento nacional de un centenar de organizaciones, instituciones y colectivos dirigido a las autoridades de gobierno en rechazo de la autorización del uso de semillas transgénicas en el país. 

En estas semanas se activó este debate luego de que desde el viceministerio de Medio Ambiente, Biodiversidad, Cambio Climático y de Gestión y Desarrollo Forestal, se comunicara que se admitió la solicitud para la evaluación técnica de soya evento HB4. Para ello se convocó a expertos en esta área que den a conocer los detalles técnicos de este producto, que si bien es usado y aprobado por sus rendimientos, también ha sido cuestionado por otros sectores.

“(Exigimos) la abrogación del Decreto Supremo 3874, del 17 de abril de 2019, que autoriza al Comité Nacional de Bioseguridad establecer procedimientos abreviados para la evaluación de la soya evento (tipo) HB4 y Soya Intacta”, detalla este manifiesto, según la agencia ANF.

Parte de estas organizaciones firmantes son la Plataforma Agroecológica, Probioma,  Sistemas Alimentarios Sostenibles, Fundación Jubileo, Mujeres en Acción, ACLO, Colectivo Casa, CEDIB, CIPCA, CEJIS, Asamblea del Pueblo Guaraní (APG), entre otros.

La razón de este rechazo en el uso de semillas transgénicas y específicamente de Soya HB4, Soya Intacta y otro tipo de semillas transgénicas de maíz, algodón y de otras especies en todo el territorio boliviano, es, según manifiestan estas organizaciones, porque pone en riesgo la diversidad biológica nacional, ya que Bolivia es uno de los dieciséis países megadiversos del planeta y, por tanto, centro de origen y centro de diversidad genética de especies altamente importantes para la seguridad alimentaria como el maíz.

“Aprobar sin restricciones eventos transgénicos en especies como el maíz atenta contra las 77 variedades de maíz que posee el país y son base, actualmente, de la seguridad alimentaria de la población boliviana. Además transgrede la CPE que en su artículo 255 señala la prohibición de importación, producción y comercialización de organismos genéticamente modificados y elementos tóxicos que dañen la salud y el medio ambiente”.

En estas semanas se han llevado adelante reuniones de las autoridades gubernamentales con el sector soyero del oriente boliviano, lo que para algunos sectores desembocaría en la aprobación del uso de estos transgénicos aprovechando el escenario de la pandemia y la cuarentena.

“Denunciamos que en plena emergencia de contaminación del coronavirus que ha sido causado por ir en contra de las leyes de la naturaleza, el gobierno pretenda aprovechar de esta emergencia para aprobar un evento que conlleva la manipulación genética, que generará impactos socioambientales imprevistos por el incremento del uso de agroquímicos y que no resolverá el hambre del pueblo”, detalló la Plataforma Agroecológica del Trópico, Subtrópico y Chaco, conformada por productores, consumidores, activistas, colectivos, centros académicos, organizaciones públicas y privadas, y empresas que impulsan la agroecología.

Además, este reciente pronunciamiento sugiere al gobierno el fomento y apoyo a la Agricultura Familiar Campesino – Indígena, “que es la base para la generación de otras formas y modos de agricultura como la agricultura sostenible, agricultura de base agroecológica, la agricultura urbana y periurbana,  agricultura ecológica, orgánica, biológica, agricultura de conservación, agricultura regenerativa, sistemas agroforestales, y otros”.

En esa linera también se recomienda reconocer el rol histórico que campesinos e indígenas han proporcionado para la garantía de la seguridad alimentaria, “custodia de una extensa biodiversidad y ha demostrado en la actual coyuntura ser la base además de la alimentación y la salud”.

Comentarios