Comandante de la Policía: “Dávila era mi amigo y entiendo la pena y rabia que debe estar sintiendo”

Foto: El Deber

Aguilera reacciona ante la amenaza del exjefe policial detenido en la frontera con Argentina por su presunta implicación en el narcotráfico. Sostiene que no existe aún ninguna investigación abierta contra otros uniformados.

El comandante general de la Policía Boliviana, Jhonny Aguilera, dijo este lunes que entiende la reacción que tuvo en la víspera Maximiliano Dávila, exjefe de dicha institución, tras ser presentado ante medios de comunicación, luego de ser aprehendido a pasos de cruzar la frontera hacia Argentina.

“Vamos a ver”, esas fueron las palabras del exuniformado, quien no dejó de ver en ningún momento al actual titular de la institución del orden. Es investigado por presunta legitimación de ganancias ilícitas y se pide su detención preventiva de seis meses en la cárcel de San Pedro.

“Dávila era mi amigo y entiendo la pena y rabia que debe estar sintiendo, comprendo el mal momento que está pasando. Es posible que eso haya acontecido (la amenaza), entiendo eso por el momento que está atravesando”, afirmó el mandamás del verde olivo.

El detenido fue exdirector de la Fuerza Anticrimen y la Fuerza Antidrogas, y es mencionado en un informe de la DEA por vínculos con el narcotráfico, tras la captura en Colombia de Omar Rojas, un exoficial de Policía.

Respecto a otros nexos, de Alexander Rojas, director de la Felcn de Santa Cruz en 2014 y Alberto Aguilar, exdirector de la Felcc, el comandante insistió en que no existen procesos abiertos y que se indagarán los antecedentes del exmayor.

“No se ha encontrado ningún elemento. Existe una proposición que parte del señor Omar Rojas. Más allá de las relaciones familiares, amistosas o institucionales, no se tiene porqué criminalizar éstas”, acotó.

Aguilera no quiso dar más detalles sobre la investigación, limitándose a indicar que la Policía cumplió con una orden de aprehensión emitida por el Ministerio Público contra Dávila, que sería cautelado esta tarde.

Por Jesus Alanoca

Fuente: El Deber

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