Transporte rompe el diálogo y se ratifica el paro de 48 horas; Santa Cruz no lo acatará

La Confederación Sindical de Choferes de Bolivia sostuvo esta tarde una nueva reunión con el Gobierno para tratar el tema del diferimiento de créditos, pero las conversaciones no llegaron a buen puerto.

“Esperemos que en las siguientes horas nos convoquen a algo más serio, ya que se nos propuso el mismo acuerdo (que otros sectores del transporte firmaron la semana pasada), que no nos conviene y tampoco entendemos muy bien”, dijo uno de los dirigentes.

El máximo representante de los transportistas del país, Ismael Fernández, dijo que el ministro no pudo ofrecer alguna alternativa y se encerró en su planteamiento del periodo de gracia firmado por algunos sectores.

“Lamentamos que la autoridad no tenga capacidad de decisión, a cada rato consultaba para ver las propuestas, nosotros le ofrecimos pagar intereses, pero creo que no conoce la realidad de los compañeros y el trabajo de los bancos”, dijo Fernández.

Asimismo, fustigó a los dirigentes de Santa Cruz y Cochabamba quienes hicieron conocer que no acatarán el paro y bloqueo del martes y miércoles en todo el país y recordó que esta medida fue aprobada en un ampliado de todo el transporte.

“Me extraña, los compañeros de Santa Cruz fueron los primeros en plantear un paro indefinido, esa era la medida que plantearon ellos y luego nos sorprenden con la firma de los acuerdos. Pero también tienen que saber esos dirigentes que tendrán que rendir cuentas, porque esta medida fue aprobada por las bases, no por los dirigentes”, añadió el mandamás de los transportistas.

Después del primer día de su protesta, se convocará a una reunión de evaluación y se decidirán alternativas para presionar más aún en todas las ciudades. Aunque pareciera que existe un acuerdo entre transportistas y Gobierno, pues el bloqueo no afecta a las tareas del Gobierno.

La presión, en la ciudad de La Paz, solo se siente en las periferias de la urbe y no así en el centro donde están las oficinas estatales. La Policía realiza un estricto control entre la zona de San Jorge, donde está la residencia presidencial y plaza Murillo, donde está palacio de Gobierno. A lo largo de todo ese trayecto se encuentran los ministerios, donde también existe resguardo policial y los choferes no colocan de barrera sus vehículos como lo hacen en el resto de la ciudad, de tal modo que las actividades en el centro de la ciudad son casi normales.

El Deber

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