El PIB de Tarija cayó 41% entre 2014 y 2021; piden diversificar

Foto: Fernando Romero

La economía de Tarija entre 2014 y 2021 cayó en 41% y el Producto Interno Bruto (PIB) per cápita en un 48%. Una cumbre planteó la necesidad de avanzar en la diversificación y sentar el desarrollo económico y social del departamento, en el que el sector privado sea el motor.

Mas de 300 actores económicos participaron el pasado 7 de julio en la Cumbre para la Reactivacion Económica del departamento de Tarija con el auspicio de la Cámara de Industria, Comercio, Exportaciones, Promoción de Inversiones, Servicio y Turismo de Tarija (Caincotar).

Según un análisis del Colegio de Economistas de Tarija, en 2014 el departamento crecía a una tasa de 4,98%, pero con la caída de precios de las materias primas y energías en el mercado internacional, incluidas el petrolero y el gas natural, la economía se contrajo.

A esto se sumó la declinación en la producción de gas natural, en cerca del 43% durante 2014-2021, lo cual dio lugar a que disminuyan los ingresos de IDH y las regalías hidrocarburíferas en un 66% y 85%, respectivamente.

La llegada de la pandemia en 2020, junto con sus efectos negativos, provocó la histórica cifra de 10,59% de decrecimiento económico, aunque en 2021 Tarija presentó un crecimiento de 2,53%. “El PIB departamental durante el 2014-2021 cayó en un 41%, el PIB per cápita en un 48% y la población departamental apenas creció en un 13%, incluidas las migraciones hacia nuestra región”, señaló el presidente del Colegio de Economistas de Tarija, Fernando Romero.

Además la participación de Tarija en el PIB nacional en el año 2014 era del 13,69%, pero en 2021 bajó a 6,62%.

El crecimiento de 2021 se explica por la mejora de la construcción con 18,90%, transporte, almacenamiento y comunicaciones con 12,38%, electricidad, gas y agua con 5,94% y servicios comunales, sociales, personales y domésticos con 4,37.

Durante la Cumbre se llegó a la conclusión de que Tarija tiene una economía poco diversificada y sobredependiente de los ingresos fiscales provenientes del sector hidrocarburífero.

Por eso se demanda cambiar el modelo económico primario exportador y sentar las bases para un desarrollo económico y social, en el que el principal motor sea el sector privado generador de valor agregado.

Se debe aplicar con rigurosidad las normas vigentes de lucha contra el contrabando y si es necesario, reestructurarlas para que la legislación no sea permisible con esta actividad ilícita.

Se demanda inversión pública productiva con alto impacto en el empleo para salir de la crisis y reactivar la economía de manera sostenible.

También es necesaria la canalización de fidecomisos o préstamos al sector privado formal, con tasas de intereses bajas, a largo plazo, con periodos de gracia para capital de operación o inversión de emprendimientos, empresas, industrias y otros, que aún enfrentan los efectos de la pandemia, la guerra en Ucrania y la devaluación de la moneda de Argentina.

Existen varios sectores económicos y productivos en el departamento que tienen potencial, pero en la Cumbre se definió la necesidad de realizar estudios, proyectos y políticas que dinamicen y/o fortalezcan más a los mismos, con inversión pública como privada, búsqueda de mercados y tecnificación.

Se plantea que el 30% de la explotación de todo recurso no renovable del país sea dispuesto en un fideicomiso y se pignore en favor de la construcción de la carretera que nos unirá al corredor Bioceánico.

Se recomienda una reestructuración presupuestaria o reingeniería financiera en el sector público, de modo que los recursos que lleguen a la región se inviertan adecuadamente.

Fuente: Página Siete

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